Dependiendo de cuál haya sido nuestra experiencia, de lo que se nos haya transmitido culturalmente, de la relación previa con el fallecido y según las circunstancias personales, una pérdida puede transformarse en un problema desde el punto de vista psicológico.
Una pérdida suele ser más difícil de afrontar cuando:
Ha sido repentina y ha generado un gran impacto
Ha ocurrido en circunstancias desconocidas y se trasforma en algo incomprensible.
El fallecido se trata de una persona joven y la pérdida se hace insoportable.
La relación previa era conflictiva y estaba teñida de multitud de sentimientos contradictorios.
Cuando han quedado cosas pendientes con el fallecido
Una pérdida suele ser más difícil de afrontar cuando:
Ha sido repentina y ha generado un gran impacto
Ha ocurrido en circunstancias desconocidas y se trasforma en algo incomprensible.
El fallecido se trata de una persona joven y la pérdida se hace insoportable.
La relación previa era conflictiva y estaba teñida de multitud de sentimientos contradictorios.
Cuando han quedado cosas pendientes con el fallecido


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